El Cristo del Calvario que no escribió Gabriela Mistral
Hoy he querido compartir en las redes la bonita canción "Oración al Cristo del Calvario", tan bien interpretada por el jesuita chileno Cristóbal Fones, que además compone la música. Cristóbal Fones es, desde el 1 de enero de 2025, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa. Enlazo con la última versión de la canción (2024) en el canal de YouTube de Cristóbal Fones (hay otra de 2014 https://www.youtube.com/watch?v=nvHPdeiRO7g)
El problema con esta canción es la letra. Dice que el texto está "atribuido" a la gran poetisa chilena Gabriela Mistral. Sin embargo, en la descripción del vídeo dice "Encontrarás los acordes en:
https://www.cfones.cl", y si se pincha en ese enlace, llegando al texto de la poesía, lo que encuentra es un documento pdf donde se atribuye, sin ninguna matización, a Gabriela Mistral. (https://cfones.cl/content/uploads/2020/04/Oración-al-Cristo-del-Calvario.pdf):
Pues bien, aunque a día de hoy figura en muchísimos sitios de internet como un texto de Gabriela Mistral, incluyendo populares portales de poesía, como Poemario , Poeticous y Poematrix, el texto no es de Gabriela Mistral. Sólo cinco versos tienen tan insigne autoría; otros tres se parecen bastante o mucho a los que escribió la premio Nobel. Los restantes doce versos no tienen absolutamente nada que ver con Gabriela Mistral. He aquí la letra de la canción (el texto es el que figura en el pdf cuyo enlace hemos indicado)
En esta tarde, Cristo del Calvario, vine a rogarte por mi carne enferma; pero, al verte, mis ojos van y vienen de tu Cuerpo a mi cuerpo con vergüenza. ¿Cómo quejarme de mis pies cansados, cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas, llenas de heridas? ¿Cómo explicarte a ti mi soledad, cuando en la cruz alzado y solo estás? ¿Cómo explicarte que no tengo amor, cuando tienes rasgado el corazón? Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas mis dolencias. El ímpetu del ruego que traía se me ahoga en la boca pedigüeña. Y sólo pido no pedirte nada, estar aquí junto a tu imagen muerta, ir aprendiendo que el dolor es sólo la llave santa de tu santa puerta.
Soy lo menos parecido a una experta literaria, de hecho leo muy poca literatura. Pero desde el primer momento en que leí el texto de la canción, pensé que aquéllo no lo podía haber escrito Gabriela Mistral, no le cuadraba. Así que hice una búsqueda rápida en internet y encontré varias páginas donde figuraba el texto con la autoría de Gertrudis Gómez de Avellaneda, "Tula", nacida en Cuba en 1814 y fallecida en Madrid en 1873.
Como, la verdad, de Gertrudis Gómez de Avellaneda sólo me sonaba el nombre, tras comprobar que esta poetisa había tenido preocupación religiosa y escrito varios poemas con esta temática, no hice más indagación y di por buena la atribución (muy mal hecho).
Sin embargo, la duda me seguía rondando por la cabeza, así que me puse a leer a Gertrudis Gómez de Avellaneda. Bastó poca lectura para deducir que tampoco el poema podía ser de ella, el estilo era completamente distinto. No obstante, si hoy alguien teclea en Google ("Cristo del Calvario" "Gertrudis Gómez de Avellaneda"), verá que hay muchas páginas que mantienen esta atribución, mas equivocada aun que la de Gabriela Mistral.
Finalmente, encontré la relación de Gabriela Mistral con el poema. Los cuatro primeros versos de la canción son casi idénticos a los cuatro primeros versos del poema "Nocturno del descendimiento", que formaba parte del poemario "Tala" de Gabriela Mistral, publicado por primera vez en Buenos Aires en 1938. Es curioso que el nombre del poemario sea "Tala" y el apodo de Gertrudis Gómez de Avellaneda sea "Tula", ¿tendrá algo que ver con la errónea atribución a Gertrudis Gómez de Avellaneda? Quién sabe...
Cristo del campo, "Cristo de Calvario" (1) vine a rogarte por mi carne enferma; pero al verte mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
Mi sangre aún es agua de regato; la tuya se paró como agua en presa. Yo tengo arrimo en hombro que me vale, a ti los cuatro clavos ya te sueltan, y el encuentro se vuelve un recogerte la sangre como lengua que contesta, pasar mis manos por mi pecho enjuto, coger tus pies en peces que gotean.
Ahora ya no me acuerdo de nada, de viaje, de fatiga, de dolencia. El ímpetu del ruego que traía se me sume en la boca pedigüeña, de hallarme en este pobre anochecer con tu bulto vencido en una cuesta que cae y cae y cae sin parar en un trance que nadie me dijera. Desde tu vertical cae tu carne en cáscara de fruta que golpean: el pecho cae y caen las rodillas y en cogollo abatido, la cabeza.
Acaba de llegar, Cristo, a mis brazos, peso divino, dolor que me entregan, ya que estoy sola en esta luz sesgada y lo que veo no hay otro que vea y lo que pasa tal vez cada noche no hay nadie que lo atine o que lo sepa, y esta caída, los que son tus hijos, como no te la ven no la sujetan, y tu culpa de sangre no reciben, ¡de ser el cerro soledad entera y de ser la luz poca y tan sesgada en un cerro sin nombre de la Tierra!
(1) Las comillas son del texto, es "Cristo de Calvario", no Cristo del Calvario (lo que dice la canción). La nota indica: "Nombre
popular de los cerros que tienen un crucifijo en Europa.
(N. del A.)"
Para entendernos, a partir de ahora al texto de la canción lo llamaré como se llama en la canción: "Oración al Cristo del Calvario", y al poema de Gabriela Mistral, por su propio nombre: "Nocturno del Descendimiento"
Es sobre todo comparando la "Oración al Cristo del Calvario" con el "Nocturno del Descendimiento" cuando se advierte de manera clarísima la diferencia en la calidad de los textos, y volviendo a leer el de la canción, hasta qué punto los versos que realmente son de Gabriela Mistral chocan y disuenan con los que no lo son. Pongo en verde claro los parecidos, en verde los idénticos, y en naranja lo de autor anónimo.
¿Cuando surgió la "Oración al Cristo del Calvario"? No he podido saberlo. Buscando por fecha en Google, las dos primeras ocurrencias que encuentro se datan justo el mismo día, 31-1-2001, por lo que me temo que la fecha no sea correcta sino producto de las primeras indexaciones realizadas por Google. Una de ellas (https://www.mercaba.org/FICHAS/VIDA/iglesia_violencia_doméstica.htm) es una larguísima página donde aparece titulada como "Oración ante un crucifijo", de autor anónimo. La otra, también una larguísima página (https://rccpadrepio.wordpress.com/oraciones-catolicas/), aunque como hemos dicho Google la fecha en 31-1-2001, contiene una imagen de Cristo crucificado que es de marzo de 2010; se titula como "Oración Cristo del Calvario", sin autoría. Tanto una como otra no son exactamente idénticas a la "Oración al Cristo del Calvario", tienen pequeñas variaciones.
¿Y la atribución a Gabriela Mistral de la "Oración al Cristo del Calvario"? Pues, sorprendentemente, la primera ocurrencia que hemos localizado que vincule el poema a la autoría de Gabriela Mistral es una página de mayo de 2004 del "Dicastero per il Clero" (Dicasterio para el Clero), donde, para colmo, no sólo figura como autora Gabriela Mistral sino también ... ¡Diego Velázquez! (¿sería porque en la fuente de donde se extrajo, el poema aparecía ilustrado con el maravilloso Cristo de Velázquez?). La página es esta https://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/31-15/oraci05.html (actualmente, la web del Dicasterio para el Clero se aloja en https://www.clerus.va/es.html)
La siguiente mención que encuentro es una presentación de la Diócesis de Jaén con motivo de la Semana Santa de 2009 (https://es.slideshare.net/slideshow/a-golpes-de-pasion/1231962), en la página 17 aparece la "Oración al Cristo del Calvario" atribuida a Gabriela Mistral. Cuando una diócesis publica esta oración con esa atribución errónea sólo puede deberse a que el poema era admitido y popular en la práctica católica, y la atribución, generalmente aceptada. La situación no ha cambiado: el poema y su errónea atribución son de frecuente cita en la Semana Santa, en los pregones de los correspondientes obispos, valgan como ejemplo los siguientes: Semana Santa Salamanca 2016, Semana Santa Murcia 2005, Semana Santa Málaga 2019
Poco a poco surgen (en internet) más erróneas atribuciones a Gabriela Mistral de la "Oración al Cristo del Calvario". Tanto en su atribución anónima como en su atribución a Gabriela Mistral, el poema va ganando popularidad en la red, y a su escala, entiendo que más popularidad relativa en los ámbitos religiosos de la sociedad. En estas fechas aun algo tempranas de la expansión de internet, lo que imagino es que el poema se distribuiría en simples hojas de papel. Aun en la actualidad, mayoritariamente, las parroquias distribuyen las oraciones en papel: posiblemente tengan página web muchas de ellas, e incluso esos mismos textos que reparten en papel puede que estén en la web. Pero los siguen repartiendo en papel, quizá debido a que parte de su feligresía son personas no habituadas a internet.
Siendo así, considero una tarea casi imposible, contando como fuente de investigación sólo con internet, localizar la "versión original" de la "Oración al Cristo del Calvario", el poema que tomó "prestados" varios versos de Gabriela Mistral. Imposible saber también si aquel autor anónimo original incluyó en su "papel" que algunos versos no eran suyos, sino de Gabriela Mistral, o si (el caso peor, aunque no improbable) directamente lo presentó todo él como de Gabriela Mistral. Imposible saber si todos los posteriores autores anónimos que introdujeron variaciones fueron veraces al publicar sus aportaciones, suponiendo (mucho suponer) que supieran que unos pocos versos eran de Gabriela Mistral. Lamentablemente, es muy frecuente que un autor anónimo adorne con su prosa o su poesía textos escritos por escritores famosos, y los de a conocer presentándolos como escritos íntegramente por el escritor famoso que haya escogido. Y si los da a conocer en internet, el poema puede llegar a difundirse enormemente. Como se ha difundido enormemente la "Oración al Cristo del Calvario".
Aunque sea imposible explicarlo todo, encontré una página que puede haber contribuido a la difusión de la "Oración al Cristo del Calvario". Se trata de una edición digital que reza exactamente así: "Liturgía de las Horas según el Rito Romano. Diurnal. Salterio distribuido en cuatro semanas. Textos comunes del ordinario y de la liturgia de las horas y propio del tiempo ordinario. Contiene lo extraído de la Edición Típica del Oficio Divino aprobada por la Conferencia Episcopal Española y confirmada por la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino. Edición de 1998" (https://catholic-resources.org/Formation/Diurnal_Salterio.pdf). La oración aparece en la página 110, sin autoría. En mi opinión, como ya he apuntado, la difusión de esta "Oración al Cristo del Calvario" se debió producir, inicialmente, en ámbitos religiosos (parroquias, congregaciones, grupos de apostolado, etc.), como por otra parte es lógico al tratarse de una oración. Y si esa oración llegó a incluirse en la Liturgia de las Horas, es obvio que se multiplicó su expansión. Uno de los obispos españoles más "mediáticos", Monseñor José Ignacio Munilla, también se hace eco de la oración, que publica en su página de Facebook (18-4-2019) como anónima:
Retomando la falsa atribución a Gabriela Mistral, no pensemos que se encuentra sólo en internet o en papeles sueltos: también aparece en libros. La búsqueda en Google Books da tres interesantes resultados con vista previa (parcial). Seguro que hay más.
El primero es el libro "Jesús. Nueve miradas sobre una vida desafiante", de Joseph Ramos, año 2023. Quiero destacar que Joseph Ramos, norteamericano de nacimiento, es chileno desde 2002, como Gabriela Mistral (y como Cristóbal Fones, el jesuita de la canción que motiva esta entrada). En la biografía que proporciona Editorial Planeta se dice que "Es ingeniero eléctrico y doctor en Economía por la Universidad de Columbia. Es profesor titular de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile desde 1997 y fue su decano entre 2002-2006. Trabajó veintisiete años en agencias de Naciones Unidas asesorando Gobiernos latinoamericanos en políticas de empleo y desarrollo. A principios de 2021 fue elegido por sus pares como economista del año" (https://www.planetadelibros.com/autor/joseph-ramos/000057123). Son muy numerosas las apariciones de Joseph Ramos en internet con ocasión de este libro, las reseñas y críticas, las publicaciones en prensa escrita...
En la búsqueda de Google Books podemos comprobar que Joseph Ramos comenta la "Oración al Cristo del Calvario" como obra de Gabriela Mistral (las frases que se incluyen son de las resaltadas arriba en naranja, las de autor anónimo):
"Gabriela Mistral era católica, aunque no del todo ortodoxa, y muy conocedora e influenciada por otras religiones, incluyendo la teosofía. Gracias a una abuela que la introdujo desde temprana edad a los salmos y al Antiguo Testamento, era muy leída en la Biblia, cosa excepcional en el mundo católico de la época. Igual que Jesús, venía de un pueblo insignificante (Vicuña) en el valle del Elqui, tan remoto para la civilización como lo era Nazaret en tiempos de Jesús. La figura de Jesús la cautivaba y su fascinación por él es una constante en su poesía. Tal vez por la dureza de la vida que ve a su alrededor, su fascinación está sobre todo en el Jesús sufriente. Es en su dolor que Mistral encuentra que Jesús es más humano. Su “Oración al Cristo del Calvario” se inspira en ese Cristo sufriente, por asumir y hacer suyo el dolor, por no decir la desolación, de las personas.
(aquí se transcribe la "Oración al Cristo del Calvario")
La petición es la oración típica del ser humano: que Dios nos cure de alguna enfermedad o nos apoye y acompañe en alguna crisis. Sin embargo, al observar el calvario, una muerte cruel e injusta, la Mistral se traga su ruego y purifica su petición: “Solo pido no pedirte nada”. Y ¿cómo podría ser de otro modo cuando comparamos nuestras dolencias con el padecimiento de Jesús en la cruz? Su calvario no elimina nuestro sufrimiento, pero ciertamente lo relativiza, y según la Mistral lo transforma en “la llave santa de tu santa puerta”. Así la pasión de Cristo le da sentido a su dolor, convirtiéndolo en el camino privilegiado a lo sagrado. Por cierto, no hay que buscar el dolor de forma masoquista (por ejemplo, autoflagelándose como antaño), pues el sufrimiento en sí es malo, sino que la Mistral ve que el sufrimiento puede adquirir sentido, si se convierte, como lo hizo Jesús, en un camino a Dios. Y sugiere que, al verlo a él asumir la aflicción de la cruz, se nos aliviana nuestra propia carga."
Pero, ¿hay que culpar a Joseph Ramos de esta falsa atribución? Pues parecería en principio que no, porque en su libro indica en una nota que "Los poemas que citaré se encuentran todos en Mistral, Gabriela. Poesía reunida, Fondo de Cultura Económica, 2021", es decir, aquí https://fondodeculturaeconomica.com/Ficha/9786071665195/F (edición del 2019).
El Fondo de Cultura Económica (FCE, o simplemente “el Fondo”) "es un grupo editorial en lengua española, fundado y asentado en México, con presencia en todo el orbe hispanoamericano, sin fines de lucro y sostenido parcialmente por el Estado"; "El Fondo ha publicado más de 10 000 obras, de las cuales cerca de 5000 se mantienen en circulación, y cuenta con un catálogo electrónico de más de 1300 títulos. Sus libros han formado a generaciones de lectores latinoamericanos, cuenta en su catálogo con 65 premios Nobel; 33 Premios Cervantes, 29 Príncipe y Princesa de Asturias y más de 140 galardonados con el de Ciencias y Artes."; "En 1989 ... recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades" (https://es.wikipedia.org/wiki/Fondo_de_Cultura_Económica).
Es muy raro que el Fondo de Cultura Económica haya cometido el error de publicar una poesía anónima haciéndola pasar como de Gabriela Mistral, así que me he comprado la edición digital para poder comprobarlo: pues bien, figura como es lógico el "Nocturno del Descendimiento", pero, como también es lógico, y contradiciendo lo que afirma Joseph Ramos en su nota, no aparece la "Oración al Cristo del Calvario".
El segundo es el libro "Palabras para el sufrimiento", de Josep María Alimbau Argila. Como se observa en la imagen, cita las líneas de la "Oración al Cristo del Calvario" que no tienen nada que ver con Gabriela Mistral, como si fueran de Gabriela Mistral.
Josep María Alimbau, fallecido en 2023, era un sacerdote reconocidísimo por su labor como periodista y divulgador católico. Su biografía en El Corte Inglés (anterior a su fallecimiento): "Sacerdote y periodista, trabaja desde hace más de cuarenta años en Radio Barcelona (Cadena SER), desde donde dirige y presenta el programa de valores humanos 'Objetivo, el hombre'. Fue director de la revista Apostolado Sacerdotal y del Boletín Oficial del Arzobispado de Barcelona. También colaboró durante años en el periódico vespertino El Noticiero Universal. Es 'Medalla de plata' del Instituto de Teología Espiritual de Barcelona por sus artículos de ayuda personal y social, de dimensión humana y espiritual; por sus programas emitidos a través de Radio Barcelona; por sus artículos publicados en el Full Dominical, en periódicos de ámbito estatal y en semanarios,así como por sus nueve libros. Ha recibido también varios premios Bravo de Radio(1971,1981,1991). Es profesor en los institutos de Enseñanza Media Jaime Balmes y Jaon Maragall; también es profesor en la Escuelas de Enfermeras del Hospital de la Santa cruz y San Pablo y directivo del Colegio Mayor de Medicina San Pablo de Barcelona. Patrono de la fundación Mensaje Humano y Cristiano (1987) para la constitución de Rádio Estel. Varias de sus obras han sido traducidas y publicadas en inglés, francés, portugués y ruso." (https://www.elcorteingles.es/bio/jose-maria-alimbau-argila/)
El tercero es el libro "Porqué sufrir. El sentido trascendente del dolor", de José Miguel Ibáñez Langlois, otro chileno. Su biografía en la editora RIALP dice "José Miguel Ibáñez Langlois (Santiago de Chile, 1936) es sacerdote y doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, y en Filosofía por la Universidad Lateranense de Roma. Ha enseñado Teoría poética, Poesía contemporánea y Filosofía del arte en diversas universidades chilenas y europeas. Es miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, y ha escrito unos mil quinientos artículos de crítica literaria, doce libros de poesía y veinte de ensayo." (https://www.rialp.com/autor/jose-miguel-ibanez-langlois/)
De nuevo, tan sólo podemos mostrar una imagen capturada de Google Books para apreciar que el autor parte de Gabriela Mistral como autora de la "Oración al Cristo del Calvario"
En fin, como antes dije, seguro que hay muchos libros que parten de esta falsa atribución.
Termino volviendo a Gabriela Mistral, tan injustamente vinculada, dolosamente o no, a la "Oración al Cristo del Calvario". Mientras investigaba, encontré unas páginas autógrafas de Gabriela Mistral, donde en un texto con varias correcciones y tachaduras, explica su sentimiento al escribir el "Nocturno del Descendimiento" (puede que haya algún error en el texto, puesto que transcribo del autógrafo que recomiendo consultar en el visor de la Biblioteca Nacional Digital de Chile https://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:142582):
"El Nocturno del Descendimiento. En este nocturno oscuro, porque algunos poemas no pueden ser sino oscuros, yo he contado una sensación de soledad de abandono y de dolor de Jesucristo, que sentí en un calvario de cerro portugués en el año tremendo de la Guerra Española. No es sólo ese pedazo de Europa, sino toda Europa, la que entrega esta visión sobrenatural de defección, de traición o si se quiere de derrota de la cristiandad. En un cerro portugués, delante de un Cristo de Calvario, según llaman los europeos a sus crucifijos puestos en una montaña, yo he conocido esto que es y no es una alucinación, a la hora confusa y de agonía del último crepúsculo, en la cual ocurre muchísimo más de lo que sabemos, por la caída del mundo en la noche y en el desamparo. Mirando el hermoso Cristo de Río de Janeiro, y pensando en nuestro Cristo de la Cordillera de los Andes, yo he deseado que ellos dos y los demás que hay en montes o colinas de la America no le den a nadie nunca la visión lacerante que yo probé en mi carne y en mi alma sobre aquel cerro ibérico. La paz de la América habría que cuidarla como la niña de nuestros ojos, según la expresión campesina o como la mesa en la cual están puestos todos los objetos queridos: el alimento, la lámpara, el libro de leer y el talle de los niños sentados en torno. Porque todos estos bienes reposan sobre la mesa blanca y estable de la paz de América."
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